La galvanoplastia
Depositar para vencer
La galvanoplastia es un término genérico que engloba el conjunto de técnicas de deposición de revestimientos sobre un sustrato por medio de la electroquímica. En otras palabras, es un proceso que consiste en colocar una pieza conductora en un líquido químico con corriente eléctrica. Los iones móviles presentes en el líquido se depositan en la superficie de la pieza para obtener un revestimiento determinado. La función del galvanizador es comprobar los baños, los equipos y los productos de tratamiento. Debe ser diligente, organizado y perfeccionista, ya que las piezas deben sumergirse durante un tiempo determinado.
Una vez que la pieza se ha pulido, satinado o lijado, se traslada al taller de tratamiento de superficies para su pretratamiento. A continuación, el galvanizador se encarga de las operaciones preparatorias, que consisten en desengrase por ultrasonido y electroquímico, la despasivación, el aclarado y el secado. Para el desengrase por ultrasonido y electroquímico la pieza se somete a una limpieza drástica para eliminar todas las partículas e impurezas adheridas a la superficie. Esto es esencial para el éxito del proceso de galvanoplastia. Sin ello, la superficie no puede cubrirse por completo.
Tipos de galvanoplastia
La hora del baño galvánico
En Pichard-Balme practicamos los tres tipos de galvanoplastia, que tienen en común que son técnicas de deposición electroquímica.
Último paso
Incrementar la nobleza del metal
Tras el revestimiento metálico, las piezas se enjuagan, se secan o se sumergen en otro baño si necesitan más de una capa y se comprueba su conformidad.
En última instancia, el objetivo de la galvanoplastia es depositar finas capas protectoras o depósitos brillantes.
También puede utilizarse para cambiar la naturaleza de un metal, aumentar su nobleza o darle una apariencia determinada.
Este proceso también aumenta la vida útil de la pieza frente a la corrosión o la abrasión.
Nuestra garantía
Pichard-Balme cuenta con la certificación «vertido cero»
También tenemos la certificación «vertido cero»: ninguno de nuestros productos químicos sale de nuestro circuito interno de procesamiento. Por último, nuestros operarios trabajan según estrictas reglas de seguridad y respetan rigurosamente las normas relacionadas con las operaciones de tratamiento y el equipo que se debe usar.